A pesar de la baja inflación, el consumo sigue desplomándose en Argentina. ¿Por qué el gobierno de Milei no logra revertir esta tendencia?

Caída del Consumo: Un modelo económico que no reactiva el consumo
Desde la asunción de Javier Milei, la economía argentina ha transitado por un ajuste feroz con el objetivo de reducir la inflación. Sin embargo, el consumo, uno de los pilares fundamentales del crecimiento económico, no solo no se ha recuperado, sino que continúa en caída libre.
Las medidas adoptadas por el gobierno, como el ajuste fiscal extremo, la paralización de la obra pública y la drástica reducción del gasto público, han golpeado fuertemente el poder adquisitivo de los argentinos. Aunque la inflación ha mostrado signos de desaceleración, la actividad económica sigue estancada, sin generar las condiciones necesarias para una reactivación del consumo interno.
El impacto en los consumidores
El ajuste implementado por el gobierno de Milei ha generado un escenario donde los salarios reales continúan en picada. La suba de tarifas en servicios esenciales, el encarecimiento del transporte y la desregulación de los precios de productos básicos han reducido drásticamente la capacidad de compra de los ciudadanos. Esto se traduce en caías de ventas en supermercados, menor demanda de bienes durables y un freno en sectores clave como el comercio y la industria.

Las empresas, al enfrentar una menor demanda, también han comenzado a reducir personal, lo que agrava aún más la situación. De este modo, se genera un círculo vicioso donde la falta de consumo restringe la producción y, a su vez, limita cualquier posibilidad de crecimiento sostenido.
No todo es inflación: la necesidad de una estrategia integral
El gobierno de Milei ha centrado su discurso en que la solución de todos los problemas económicos radica en controlar la inflación. Sin embargo, la evidencia demuestra que una inflación menor no necesariamente implica una mejora en el bienestar de la población si no hay políticas que promuevan la recuperación del consumo y la generación de empleo.
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El modelo de ajuste sin contención social ha mostrado sus límites. Para que la economía se reactive, es fundamental un enfoque que combine estabilidad macroeconómica con medidas que incentiven la inversión y el consumo. Sin esto, Argentina corre el riesgo de seguir sumida en una recesión prolongada con un mercado interno cada vez más débil.
El gobierno enfrenta una encrucijada: insistir en su actual política de ajuste o comenzar a considerar herramientas que permitan una reactivación genuina del consumo y la economía. Sin ello, la Argentina de Milei corre el riesgo de convertirse en un país con estabilidad monetaria, pero sin crecimiento ni mejora real en la calidad de vida de su población.