La diputada Lemoine propuso hacer pizzas caseras como solución frente a los altos precios. La frase generó polémica en redes.

Diputada Lemoine, pizza, Polémica por la respuesta de la diputada ante la suba de precios
La diputada nacional por La Libertad Avanza, Lilia Lemoine, volvió a estar en el centro de la polémica tras proponer públicamente que, ante la suba de precios, “lo mejor es hacer pizzas caseras”. La frase se viralizó rápidamente, generando una fuerte reacción en redes sociales y en medios de todo el país.
El comentario surgió como una respuesta a un posteo que cuestionaba el precio de las pizzas en supermercados y comercios. La diputada replicó con una solución “práctica”: cocinar en casa como alternativa a los altos costos del mercado.
Una solución “casera” en un contexto crítico
La sugerencia, en apariencia inocente, generó un fuerte debate porque pone en evidencia la desconexión entre ciertos sectores del oficialismo y la realidad económica que atraviesan millones de argentinos. En un país con salarios deprimidos, tarifas en aumento y alimentos básicos por las nubes, la propuesta fue vista por muchos como una banalización de la crisis.
Distintos usuarios en redes sociales replicaron con ironía:
“¿También hacemos pan casero, fideos y vacunas?”
“¿Y si los funcionarios también se autoasignan sus sueldos caseros?”
Lemoine, sin embargo, no se retractó ni dio más explicaciones, y mantuvo su postura como una recomendación “simple y útil”.
El problema no es la pizza: es el poder adquisitivo
La frase de la diputada deja al descubierto la falta de propuestas estructurales para combatir la inflación, especialmente en alimentos. Según informes recientes, los productos de panificación registraron subas acumuladas de más del 300% en el último año, y preparar una pizza casera tampoco escapa a ese escenario, ya que los insumos básicos como harina, queso, levadura y aceite están por las nubes.
Mientras tanto, la inflación sigue golpeando con fuerza a los hogares, especialmente a los sectores medios y bajos, que ven cada vez más limitada su capacidad de consumo.
La discusión que abrió Lemoine no es nueva: ¿hasta qué punto es válida una propuesta individual cuando lo que falta son soluciones colectivas y políticas públicas efectivas?