La fractura en el seno del PRO alcanza un punto crítico mientras las tensiones entre Bullrich y Macri escalan, poniendo en peligro la estabilidad del partido y su relación con el gobierno nacional. La defensa de Milei por parte de Bullrich, quien es actualmente su Ministra de Seguridad, y los enfrentamientos con los gobernadores del propio partido y el gobierno central, amenazan con una ruptura inminente que podría tener consecuencias devastadoras para el panorama político del país.
La creciente división interna del PRO se agrava con la posibilidad de una convergencia entre el gobierno de Milei y el partido de Macri de cara a las elecciones legislativas de 2025. Sin embargo, estas conversaciones prematuras generan desconcierto y malestar dentro del partido, evidenciando la falta de consenso y dirección clara.
Las acciones del gobierno en contra de los gobernadores aliados ya están causando estragos en el propio partido. La suspensión repentina de una reunión entre gobernadores y diputados nacionales del PRO para tratar temas cruciales como los fondos de la coparticipación enciende alarmas y evidencia la fractura interna.
Una ruptura en el PRO sería altamente peligrosa para el Gobierno Nacional, ya que perdería el poco apoyo que actualmente tiene en las cámaras legislativas, tanto en diputados como en senadores. La falta de unidad interna debilitaría su posición política y dificultaría la implementación de políticas clave para el país.
La intensificación de la disputa interna en el PRO se agudiza a medida que se acerca el momento de renovar autoridades, con Mauricio Macri postulándose para presidir el partido. Sin embargo, Patricia Bullrich está determinada a evitar que el ex presidente monopolice el liderazgo del partido, buscando consolidar su propio poder interno con la esperanza de converger con Libertad Avanza.
Las sospechas dentro del macrismo y otros sectores del espacio político apuntan a que Milei está influyendo en la interna del PRO a través de su ministra de Seguridad para dividir al partido. Aunque públicamente el presidente se distancia de esta idea y elogia al fundador del partido amarillo, la situación genera intranquilidad y desconfianza en las filas del partido.
Este clima de incertidumbre y desconfianza agrega un elemento más de complejidad a la ya tensa situación interna del PRO, donde las ambiciones individuales y las rivalidades políticas amenazan con socavar la cohesión del partido. La posibilidad de una ruptura se torna cada vez más real, lo que podría tener repercusiones significativas no solo para el partido, sino también para el gobierno nacional.