La gran mayoría de los Festivales que se desarrollaban en temporada estival en el país, fueron suspendidos por la situación económica.
La difícil situación económica que atraviesa Argentina, con una inflación que supera el 60% anual y una devaluación del peso que supera el 50%, está obligando a suspender la mayoría de los festivales que se desarrollaban en temporada estival en el país.
Entre los festivales suspendidos se encuentran la Chaya de La Rioja, la Salamanca de Santiago del Estero, el Festival Nacional del Folklore de Cosquín, el Festival Nacional de Doma y Folklore de Jesús María, el Festival de Peñas de Villa María y el Festival Nacional de la Música Popular Argentina de Baradero.
La suspensión de estos festivales tiene un impacto negativo en la economía de las provincias en las que se realizan, ya que generan una importante actividad económica y turística.
Los organizadores de los festivales señalan que la situación económica ha hecho que sea imposible costear los gastos de producción y organización de los eventos.
La suspensión de los festivales es un reflejo de la difícil situación económica que atraviesa Argentina. La inflación y la devaluación están afectando a todos los sectores de la economía, y el turismo no es la excepción.