Javier Milei, el economista liberal que rechaza la obra pública y la coparticipación federal, ¿tiene razón o se equivoca? En este artículo, te mostramos los pros y los contras de estos mecanismos que influyen en el desarrollo y la equidad de Argentina, y te explicamos qué es el liberalismo económico y cómo se compara con otras corrientes de pensamiento.
¿Qué piensa Javier Milei sobre la obra pública y la coparticipación federal en Argentina?
Javier Milei es un economista que se define como liberal y que tiene una visión muy crítica sobre el rol del Estado en la economía. Para él, el Estado debería reducir al mínimo su gasto público y eliminar los impuestos, ya que considera que son una forma de robo y de violación de los derechos individuales. En particular, Milei se opone a la obra pública y a la coparticipación federal, dos mecanismos que, según él, solo sirven para alimentar la corrupción y el clientelismo político, y que no generan ningún beneficio para la sociedad.
Pero, ¿qué son la obra pública y la coparticipación federal? La obra pública se refiere a las inversiones que realiza el Estado en infraestructura, como carreteras, puentes, escuelas, hospitales, etc. La coparticipación federal es el sistema por el cual el Estado nacional distribuye parte de los impuestos que recauda entre las provincias, según ciertos criterios objetivos y transparentes. Estos dos mecanismos tienen como objetivo mejorar la calidad de vida de la población, promover el desarrollo económico y social, y reducir las desigualdades entre las regiones.
Sin embargo, Milei sostiene que la obra pública y la coparticipación federal son ineficientes e injustas, y que deberían ser eliminadas. Según él, la obra pública no crea riqueza, sino que la destruye, ya que implica un gasto improductivo que se financia con impuestos que desincentivan el ahorro y la inversión privada. Además, afirma que la obra pública es una fuente de corrupción y de favoritismo político, que beneficia a los políticos y a las empresas contratistas, pero no a los ciudadanos. Por otro lado, Milei argumenta que la coparticipación federal es un mecanismo que premia a las provincias más pobres y castiga a las más ricas, creando un incentivo perverso para el despilfarro y la ineficiencia. Según él, cada provincia debería autofinanciarse con sus propios recursos, y el Estado nacional debería limitarse a proveer la seguridad y la justicia.
¿Qué tan válida es la posición de Milei?
Desde un punto de vista económico y social, la posición de Milei es muy cuestionable y peligrosa. La obra pública y la coparticipación federal no son solo un gasto, sino también una inversión, que tiene efectos positivos sobre el bienestar de la sociedad y el crecimiento de la economía. La obra pública mejora la infraestructura, el transporte, la educación, la salud y el medio ambiente, entre otros aspectos, lo que aumenta la productividad y la competitividad de los sectores productivos, y crea empleo e ingresos para muchas personas. La coparticipación federal es un instrumento de solidaridad y equidad territorial, que busca garantizar el acceso a los servicios públicos básicos para todos los ciudadanos, y reducir las brechas de desarrollo entre las regiones. La coparticipación federal no implica una transferencia indiscriminada de recursos, sino que está sujeta a criterios objetivos y transparentes que tienen en cuenta las necesidades y capacidades de cada provincia.
La posición de Milei se basa en una visión ideológica y dogmática del liberalismo, que ignora la realidad y la complejidad de los problemas sociales y económicos. El liberalismo no es incompatible con la igualdad, pero requiere de un equilibrio entre la libertad y la responsabilidad, entre el mercado y el Estado, entre el individuo y la sociedad. La postura de Milei sobre la obra pública y la coparticipación federal es errónea y peligrosa, ya que propone un modelo de país basado en el individualismo, el egoísmo y la desigualdad.