En 1945, solo 24 días antes del final de la Segunda Guerra Mundial, el submarino alemán U-1206 navegaba frente a la costa de Aberdeenshire, Escocia, en su primer viaje.
El submarino navegaba a una profundidad de 200 pies cuando la tripulación descubrió que los motores diesel habían dejado de recargar las baterías.
Mientras la tripulación intentaba evaluar el problema con los motores diesel, pronto se descubrió que había una fuga y que gas venenoso y agua llenaban el submarino.
La fuga venía de una fuente inusual, el baño del submarino.
El sistema de inodoro de este submarino en particular había sido diseñado con un intrincado sistema de válvulas de alta presión para que el submarino pudiera sumergirse más profundo y no tuviera que expulsar desechos más cerca de la superficie.
Esto permitió que el submarino se mantuviera alejado de los ataques enemigos.
El capitán, Karl-Adolf Schlitt, de 27 años, había estado usando el inodoro y tenía dificultades para descargarlo correctamente.
Llamó a un ingeniero para que lo ayudara, pero el ingeniero abrió la válvula equivocada.
En lugar de que las aguas residuales salieran al océano, el agua del inodoro regresó al recipiente.
El agua entrante y las aguas residuales inundaron las baterías del submarino, que estaban ubicadas debajo del inodoro.
Esto provocó que las baterías liberaran cloro gaseoso mortal.
No había otra opción que llevar el submarino a la superficie, a diez millas de la costa escocesa.
Cuando el submarino llegó a la superficie, la tripulación comenzó a introducir aire limpio en la embarcación para eliminar el mortal cloro gaseoso.
Pero fue demasiado tarde.
El submarino fue descubierto por una patrulla británica y fue atacado.
Schlitt ordenó a la tripulación que abandonara el barco y hundió el submarino, enviándolo al fondo del océano.
Un hombre murió durante el ataque y tres hombres se ahogaron después de abandonar el submarino.
Los 46 tripulantes restantes fueron capturados por los británicos.
El naufragio se localizó a mediados de la década de 1970 cuando un equipo que tendía un oleoducto submarino lo descubrió en el fondo del océano a una profundidad de 70 metros.