Quintela homenajeó a la Policía y sorprendió un auto clásico en servicio: símbolo de historia y orgullo riojano.

Lo viejo funciona, Juan: un auto de colección sigue patrullando La Rioja
Un homenaje con historia, emociones y un guiño al pasado
En medio de los festejos por el 434° aniversario de la Policía de la Provincia, hubo un momento que se robó las miradas y las sonrisas: un viejo patrullero, de esos que ya parecen salidos de una película, irrumpió en escena. No fue casualidad. Y es que, como dijo un vecino al verlo: “Lo viejo funciona, Juan”.
Mientras el gobernador Ricardo Quintela firmaba los decretos de ascenso para oficiales, suboficiales y personal del Servicio Penitenciario, esa joya mecánica —con décadas a cuestas— desfiló orgullosa. Más que un vehículo, es una cápsula del tiempo. Un símbolo. Un recordatorio de que hay cosas que, aunque envejezcan, siguen cumpliendo su deber.
Una celebración que puso en valor a quienes protegen
Durante el acto central, el mandatario riojano destacó con emoción el bajo índice de homicidios en la provincia —el más bajo del país según cifras recientes— y agradeció a cada agente, cada familia que acompaña, y cada jubilado que dejó años en la institución.
“Gracias por custodiar nuestras calles, cuidar a nuestros hijos, y defender la vida, la integridad y la tranquilidad de nuestra gente”, dijo Quintela en un discurso cargado de gratitud.
Además, anunció nuevas incorporaciones y equipamiento para seguir fortaleciendo la seguridad en todo el territorio provincial. Y, aunque el foco estaba en el presente y en el futuro, ese auto antiguo —con sirena y chapa reluciente— pareció recordarnos algo esencial: el valor no se mide por los años, sino por el compromiso.
Ascensos, reconocimientos… y un detalle que emocionó
La ceremonia incluyó la entrega de distinciones, una invocación religiosa del Capellán Jerson Dufresne y la presencia de autoridades como Teresita Madera y Teresita Luna, quienes entregaron la declaración de interés provincial al evento. Se firmaron decretos clave para ascensos dentro de la fuerza policial y del sistema penitenciario.
Pero, sin dudas, lo que quedará en la retina de muchos fue ese patrullero antiguo que todavía ruge. Un símbolo de la fuerza, de la constancia, de los años de servicio que nunca pasan de moda.