Quintela lo confirmó con datos: La Rioja es la provincia más segura. Un logro político y social en tiempos de crisis e incertidumbre en Argentina.

Fue más que un anuncio. Fue una afirmación llena de emoción y convicción. En el Día de la Policía, el gobernador Ricardo Quintela compartió una noticia que reconforta: La Rioja es, hoy, la provincia más segura de la Argentina.
Y no es una frase vacía. Lo dijo con datos en la mano, respaldado por el trabajo del Ministerio de Seguridad, Justicia y Derechos Humanos, a cargo de Miguel Zárate. Pero también lo dijo con el corazón, sabiendo lo que significa, en estos tiempos convulsionados, vivir sin miedo.
La verdad es que ya lo había adelantado en una entrevista en Jaque Mate, el programa político más influyente de la provincia. Allí dejó entrever que la seguridad sería el sello de su gestión, y ahora, lo confirma con hechos.
Vivir sin miedo, en un país donde eso parece un lujo
La excepción riojana en medio del caos
Hoy, hablar de seguridad en la Argentina es casi sinónimo de hablar del miedo cotidiano. Robos a plena luz del día, barrios sitiados por la violencia, familias que ya no duermen tranquilas. Es la realidad que se vive en muchas provincias.
Pero en ese mapa gris, La Rioja brilla como una excepción. Según datos del Sistema Nacional de Información Criminal, las tasas de delitos en la provincia están entre las más bajas del país.
Y eso no es solo una estadística. Es gente que camina sin mirar hacia atrás, es un comercio que abre sin rejas hasta el techo, es un niño que vuelve del colegio sin que su madre lo espere con el corazón en la mano.
En un mundo que parece cada vez más incierto, poder vivir en paz es un verdadero privilegio. Y en La Rioja, esa paz se construyó con decisión, planificación y compromiso real.
El engranaje que hace posible esta tranquilidad
La Rioja provincia más segura, Zárate, las fuerzas y una gestión con visión
Detrás de este logro hay un nombre que se repite con fuerza: Miguel Ángel Zárate. Ministro, sí. Pero también un articulador de equipos, de decisiones firmes y de políticas que van más allá del parche o el discurso vacío.
Junto con las fuerzas de seguridad, la Justicia y los organismos de derechos humanos, construyeron una política seria, equilibrada, sin excesos ni improvisaciones.
¿La clave? Estar presentes. Patrullajes bien diseñados, operativos que anticipan en lugar de reaccionar tarde, capacitación constante y, sobre todo, diálogo con la comunidad.
No es una seguridad “de película”. Es una seguridad que se vive en la calle, en el barrio, en el día a día. Una seguridad que no reprime, sino que protege.
Quintela y su apuesta por un Estado que cuida
Seguridad con derechos y sin excusas
Desde el primer día, Ricardo Quintela dejó claro que quería una provincia donde la gente pudiera vivir tranquila. No como promesa de campaña, sino como una convicción profunda, nacida del contacto directo con su gente.
Y cumplió. Con recursos, con gestión, con decisiones firmes. No fue magia: fue planificación, inversión en infraestructura, modernización y profesionalismo.
No es casualidad que este anuncio llegue justo en el Día de la Policía. Es también un reconocimiento al trabajo silencioso de quienes patrullan las calles, a veces bajo la lluvia, muchas veces sin ser vistos, siempre al servicio de los demás.
La Rioja segura: cuando un modelo funciona
La Rioja provincia más segura: Vivir, invertir, crecer… sin miedo
Mientras otras provincias ven partir a sus jóvenes o cierran persianas por la inseguridad, La Rioja se transforma en un lugar que convoca.
Empresas que llegan porque hay previsibilidad. Familias que crecen sin temor. Turistas que eligen volver. Trabajadores que salen tarde, pero llegan a casa sin sobresaltos.
Eso también es seguridad. Es futuro, es desarrollo, es calidad de vida. Es poder pensar en proyectos sin que el miedo sea el filtro de cada decisión.
Y sí, hoy las y los riojanos tienen un motivo más para sentirse orgullosos de su tierra.
Un mensaje fuerte al resto del país
Cuando el Estado está, las cosas cambian
En momentos en que muchos gobiernos deciden recortar, ajustar y desentenderse, La Rioja envía una señal poderosa: la seguridad no se construye con discursos ni castigos, sino con presencia, humanidad y coherencia.
Porque cuando el Estado cuida, la comunidad responde. Porque cuando hay conducción política, compromiso ministerial y una fuerza de seguridad que trabaja con vocación, todo lo demás se empieza a ordenar.
Hoy, La Rioja no solo celebra un Día de la Policía. Celebra un modelo que funciona. Y, quizás sin saberlo, nos recuerda a todos que vivir sin miedo no debería ser un privilegio, sino un derecho.