Concejales libertarios exigen obras al Estado provincial y municipal mientras Milei predica un Estado ausente desde Nación.

¿Estado sí o Estado no?
La consigna libertaria que Javier Milei repite en cada discurso es clara: menos Estado, más mercado. Sin embargo, la práctica en las provincias, y en particular en La Rioja, revela una contradicción difícil de sostener.
Los concejales libertarios reclaman al Estado Municipal y al Estado Provincial obras públicas de infraestructura, al mismo tiempo que guardan silencio frente al Estado Nacional, que no ha ejecutado una sola obra en la provincia desde la llegada de Milei al poder.
Contradicción libertaria: La voz de Guillermo Benzo
El concejal Guillermo Benzo puso en evidencia esta doble vara al señalar que “no hay una sola obra pública que haya hecho la Nación a través de la gestión de los concejales libertarios”.
Con ironía, remarcó que si fueran consecuentes, deberían decirle a los vecinos que “hagan una vaquita” y aprendan a manejar una retroexcavadora. El mensaje apunta directamente a la incoherencia entre el discurso de recorte estatal y la realidad de los pedidos que se hacen día a día en los despachos municipales y provinciales.
La ausencia de Nación y la presión local
Mientras el gobierno de Milei eliminó la obra pública con el DNU 70/23, en La Rioja la presión vecinal obliga a los concejales libertarios a pedir soluciones concretas: calles asfaltadas, iluminación, infraestructura básica. Reclaman al mismo Estado que, en teoría, debería retirarse de la vida de los ciudadanos.
Lo que no piden es al Estado Nacional, alineados con el discurso de los hermanos Milei y con un silencio que pesa más que cualquier reclamo.
El dilema del Estado presente
La contradicción es evidente: critican el gasto estatal y lo tildan de inútil, pero cuando se trata de dar respuestas a la gente, exigen al Estado provincial y municipal lo que el nacional no hace.
En ese espejo, queda claro que el debate “Estado sí o Estado no” no es ideológico, sino pragmático: cuando la falta de obra pública golpea a los vecinos, el discurso libertario se derrumba frente a la realidad cotidiana.
